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jueves, 13 de octubre de 2016

Para aquellos que hayan leído "Los viajes de Gulliver"

¿POR QUÉ SWIFT RESALTA SOLO LO MALO DE LOS SERES HUMANOS?

Los viajes de Gulliver es una obra con más de 250 años de antigüedad; una obra de mucha trascendencia que ha pasado de generaciones en generaciones, siendo adaptada, en la mayoría de veces, a un cuento infantil en el que un tipo normal pasa a ser un gigante, y luego a vivir en un mundo de gigantes. Ha ido perdiendo la verdadera esencia que Swift quiso darle en un principio; sin embargo, la obra original de Jonathan Swift no es ninguna clase de cuento infantil. Siendo un texto muy complejo y difícil de entender para una comunidad para la que fue adaptada como un cuento infantil, es una sátira en la que de una manera muy fuerte y dura, además de sutil e indirecta, se critica a la sociedad que en esa época habitaba Inglaterra. A esta obra pueden asignarse muchas interpretaciones, sin embargo, no cabe duda que la principal intención de Swift era criticar a la sociedad, la política, la ciencia y la religión de ese entonces. 

Centrándose en la obra, yendo más allá de lo que el texto muestra, se puede observar cómo Gulliver, en un principio, es un habitante del mundo que, como cualquier otro, habla de su sociedad como la ve, como a él le parece que es; pero, ¿por qué el autor solo resalta lo malo de los seres humanos?, ¿por qué al principio sí menciona cosas buenas de estos, pero a medida que la historia transcurre hace que la sociedad se vea como algo detestable? ¿Por qué Swift hace quedar a la humanidad como una raza de animales que actúa sin pensar o que lo único que les importa son ellos mismos cuando todo tiene sus cosas buenas y malas?

¿En realidad es tan mala la sociedad? La respuesta no puede ser general, puesto que es muy subjetivo, al igual que todo en el mundo. Depende de quién lo vea; puede que haya quienes piensen que la sociedad es una perdición total, un problema más sin arreglo; posiblemente sea así como piense la sociedad pobre de una nación, región o país, cuya pobreza se debe al gobierno, al mal sistema de manejo del sitio habitado o la indiferencia y desinterés de los demás respecto a la situación de la sociedad. Asimismo, puede que haya personas que vean a la sociedad como un entorno perfecto y sin fallas, ya que todos trabajan para la comodidad de estas personas y la situación de los demás, sea mala o pésima, no les importa en absoluto. Un claro ejemplo de esta situación recién planteada puede ser la de los reyes y ña esclavitud: Los reyes, cuyos intereses y preocupaciones no eran más que por ellos mismos, veían a la sociedad perfecta, tranquila y sin problema alguno; pues claro, todos trabajaban para ellos y la ceguera que causa el poder es tanta que puede tapar lo que es esencial. A partir de esto, puede afirmarse que la concepción de una sociedad depende de quién lo vea, y por esto no se puede decir que una sociedad es o no como se pinta en “Los viajes de Gulliver”, ya que el autor estaba en un punto de vista que no todos compartirían actualmente.   

 Los viajes de Gulliver, un libro que durante 289 años ha estado en el mercado (Refiriéndose, por supuesto, a la versión original de Jonathan Swift), ha causado mucha polémica, revolución y debate en cuanto a su contenido. Muchos de los lectores de este libro han dejado que durante su lectura se cambie su percepción hacia la comunidad, política, religión o ciencia, y en la mayoría de los casos es de manera negativa, ya que esta obra no tenía ni la más mínima intención de hacer quedar bien a ninguna de estas. 

Una obra que causa tanta revolución y polémica debe ser bien analizada, ya que no se puede dejar cambiar una posición frente a algo con solo leer una obra que, comúnmente, se considera de ciencia ficción. ¿Por qué el autor solo pinta a la sociedad como mala? La respuesta es simple, es por el contorno en que él vivía y por como él lo veía, pero no todos lo iban a ver así.  “Todo es cierto, depende de quién lo vea”: una frase que puede darle la razón tanto a Swift como a los que están en contra de sus pensamientos, y que una vez más da la razón a la subjetividad. Todo, absolutamente todo, tiene ventajas y desventajas, fallas y aciertos, cosas buenas y malas, lo cual desmerita al autor de “Los viajes de Gulliver” al hablar así de una comunidad a la que él mismo pertenecía. La naturaleza humana es algo que está en todos, pero no siempre de la misma manera; Jonathan Swift no era nadie con la suficiente autoridad moral como para criticar una sociedad de la que hacía parte; es decir, no era alguien en disposición para criticar la naturaleza humana que de por sí todos tienen, pero no todos llegan a desarrollarla de la misma manera o no todos llegan a ser tan fieles a ella como muchos creen que debería ser.  

¿Es o no la sociedad como se ha descrito en “Los viajes de Gulliver? Como ya se dijo, es muy subjetiva la respuesta a esta pregunta. Las culturas son diferentes, al igual que las costumbres, los lugares y las personas que en ellos habitan, y no será lo mismo que una persona de una cultura en la que algo está prohibido piense bien de otra en la que eso que anteriormente se dijo que era prohibido lo considere un rito sagrado. Esto es una clase de paralelo entre la postura de Jonathan Swift y la de cualquier persona cuyos pensamientos sean completamente distintos a los del autor, o que simplemente no comparta ese punto, pero tampoco tenga un lado por dónde inclinarse.

Ya se dijo, han pasado más de 280 años desde que la obra fue publicada y se le sigue dando demasiada importancia en comparación a la que se debería dar. ¿Por qué fijarse en obras de alguien que vivió en una época completamente diferente a la actual? ¿Realmente hay que acreditar tanto a una obra en la que el autor pretende hacer quedar a su misma raza, a sus similares, como una comunidad de destrucción y no progreso? Actualmente hay muchos escritos, autores y obras que muestran la “realidad” de la sociedad, teniendo la certeza de que los autores en realidad viven y saben cómo es la situación. La obra de Swift pudo ser muy importante para la época en que fue escrita, pero hay que pararse en el presente y ponerle cara a la realidad, a lo que se ve, y no a lo que los demás ven o dicen. 

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