¿POR QUÉ SWIFT RESALTA SOLO LO MALO DE LOS SERES HUMANOS?
Los viajes de
Gulliver es una obra con más de 250 años de antigüedad; una obra de mucha
trascendencia que ha pasado de generaciones en generaciones, siendo adaptada,
en la mayoría de veces, a un cuento infantil en el que un tipo normal pasa a
ser un gigante, y luego a vivir en un mundo de gigantes. Ha ido perdiendo la
verdadera esencia que Swift quiso darle en un principio; sin embargo, la obra
original de Jonathan Swift no es ninguna clase de cuento infantil. Siendo un
texto muy complejo y difícil de entender para una comunidad para la que fue adaptada
como un cuento infantil, es una sátira en la que de una manera muy fuerte y
dura, además de sutil e indirecta, se critica a la sociedad que en esa época
habitaba Inglaterra. A esta obra pueden asignarse muchas interpretaciones, sin
embargo, no cabe duda que la principal intención de Swift era criticar a la
sociedad, la política, la ciencia y la religión de ese entonces.
Centrándose en la obra, yendo más allá de lo que el texto muestra, se puede observar cómo Gulliver, en un principio, es un habitante del mundo que, como cualquier otro, habla de su sociedad como la ve, como a él le parece que es; pero, ¿por qué el autor solo resalta lo malo de los seres humanos?, ¿por qué al principio sí menciona cosas buenas de estos, pero a medida que la historia transcurre hace que la sociedad se vea como algo detestable? ¿Por qué Swift hace quedar a la humanidad como una raza de animales que actúa sin pensar o que lo único que les importa son ellos mismos cuando todo tiene sus cosas buenas y malas?
¿En realidad es tan mala la sociedad? La respuesta no puede ser general, puesto que es muy subjetivo, al igual que todo en el mundo. Depende de quién lo vea; puede que haya quienes piensen que la sociedad es una perdición total, un problema más sin arreglo; posiblemente sea así como piense la sociedad pobre de una nación, región o país, cuya pobreza se debe al gobierno, al mal sistema de manejo del sitio habitado o la indiferencia y desinterés de los demás respecto a la situación de la sociedad. Asimismo, puede que haya personas que vean a la sociedad como un entorno perfecto y sin fallas, ya que todos trabajan para la comodidad de estas personas y la situación de los demás, sea mala o pésima, no les importa en absoluto. Un claro ejemplo de esta situación recién planteada puede ser la de los reyes y ña esclavitud: Los reyes, cuyos intereses y preocupaciones no eran más que por ellos mismos, veían a la sociedad perfecta, tranquila y sin problema alguno; pues claro, todos trabajaban para ellos y la ceguera que causa el poder es tanta que puede tapar lo que es esencial. A partir de esto, puede afirmarse que la concepción de una sociedad depende de quién lo vea, y por esto no se puede decir que una sociedad es o no como se pinta en “Los viajes de Gulliver”, ya que el autor estaba en un punto de vista que no todos compartirían actualmente.
Los viajes de Gulliver, un libro que durante
289 años ha estado en el mercado (Refiriéndose, por supuesto, a la versión
original de Jonathan Swift), ha causado mucha polémica, revolución y debate en
cuanto a su contenido. Muchos de los lectores de este libro han dejado que
durante su lectura se cambie su percepción hacia la comunidad, política,
religión o ciencia, y en la mayoría de los casos es de manera negativa, ya que
esta obra no tenía ni la más mínima intención de hacer quedar bien a ninguna de
estas.
Una obra que causa tanta revolución y polémica debe ser bien analizada,
ya que no se puede dejar cambiar una posición frente a algo con solo leer una
obra que, comúnmente, se considera de ciencia ficción. ¿Por qué el autor solo
pinta a la sociedad como mala? La respuesta es simple, es por el contorno en que
él vivía y por como él lo veía, pero no todos lo iban a ver así. “Todo es cierto, depende de quién lo vea”:
una frase que puede darle la razón tanto a Swift como a los que están en contra
de sus pensamientos, y que una vez más da la razón a la subjetividad. Todo,
absolutamente todo, tiene ventajas y desventajas, fallas y aciertos, cosas
buenas y malas, lo cual desmerita al autor de “Los viajes de Gulliver” al
hablar así de una comunidad a la que él mismo pertenecía. La naturaleza humana
es algo que está en todos, pero no siempre de la misma manera; Jonathan Swift
no era nadie con la suficiente autoridad moral como para criticar una sociedad
de la que hacía parte; es decir, no era alguien en disposición para criticar la
naturaleza humana que de por sí todos tienen, pero no todos llegan a
desarrollarla de la misma manera o no todos llegan a ser tan fieles a ella como
muchos creen que debería ser.
¿Es o no la
sociedad como se ha descrito en “Los viajes de Gulliver? Como ya se dijo, es
muy subjetiva la respuesta a esta pregunta. Las culturas son diferentes, al
igual que las costumbres, los lugares y las personas que en ellos habitan, y no
será lo mismo que una persona de una cultura en la que algo está prohibido
piense bien de otra en la que eso que anteriormente se dijo que era prohibido
lo considere un rito sagrado. Esto es una clase de paralelo entre la postura de
Jonathan Swift y la de cualquier persona cuyos pensamientos sean completamente
distintos a los del autor, o que simplemente no comparta ese punto, pero
tampoco tenga un lado por dónde inclinarse.
Ya se dijo, han
pasado más de 280 años desde que la obra fue publicada y se le sigue dando
demasiada importancia en comparación a la que se debería dar. ¿Por qué fijarse
en obras de alguien que vivió en una época completamente diferente a la actual?
¿Realmente hay que acreditar tanto a una obra en la que el autor pretende hacer
quedar a su misma raza, a sus similares, como una comunidad de destrucción y no
progreso? Actualmente hay muchos escritos, autores y obras que muestran la
“realidad” de la sociedad, teniendo la certeza de que los autores en realidad
viven y saben cómo es la situación. La obra de Swift pudo ser muy importante
para la época en que fue escrita, pero hay que pararse en el presente y ponerle
cara a la realidad, a lo que se ve, y no a lo que los demás ven o dicen.
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